La luna

Me apetece matar y que sangren las promesas para siempre.
Un latido asusta al diablo mientras calienta a las hadas más sublimes.
Te escribo gotas de miel y despierto las ideas que tienen tus perversos labios mojados.
Escucha mi respiración y mientras tocas algo sabre dedicarte la caricia, no más profunda, pero sí más intensa.
He escondido la saliva restante para regalarle mil besos a tu sexo en mitad de la noche.

La diversión que tiene hablar de tu fiesta interior, la sangre de tus venas, azul...
Una sensualidad atorrante que enloquece y despierta hasta el más muerto de los Dioses.
La interrupción que se comete en una vida paralela al cortarte los besos con deseos ansiosos.
Esa ilusión ultra hidratada impensable, una vez más, sorprendente.
Tú ser, tú...
La piel que despierta mi piel.
La voz que cierra mis ojos.
Los ojos que ciegan la maldad.
Esa sonrisa que regala cada segundo insonora y hace que unicamente crea en dos, sólo en dos...
Mi luna...


Mi deseo...
y un secreto...

Despertar y que la luna siga a mi lado...