Juego a endulzarte

Ella y yo. Las horas estaban contadas. Se acercaba el momento, mi momento. Tanto tiempo esperando, tanto tiempo soñando...
Pensaba hacer una y más cosas, esto, aquello y lo de más allá... Pero el instante inesperado desvirtuó mi realidad, falló a mi sueño. La sorpresa atrajo a mi miedo. Estaba hipnotizada, me sentía perdidamente loca. Su encanto me desnudó, me selló en espacio único, su olor en susurros gritando decía: " ven, ven, ven..."
Me estreché entre sus brazos, ella se amoldó a mi cuerpo y una tercera piel nos hacía eco.
El gran abrazo eterno, por instantes la piel nos enganchaba, nos apretaba fuertemente...
Temía deshacerme, temía sentir, caer y chocarme contra su alma. Lentamente, volvíamos, su piel y mi piel. Su aliento, compacto bailando en mi nuca, sus labios envidiosos, regateando en mi cuello y dibujando con besos, dulces, suaves...
Mi rostro se volvió torneando el suyo, no le pude hacer frente, sentía como imán en mis labios, ni siquiera pude contemplar su faz. Sus labios lucharon hasta atrapar los mios, como dos aguas tibias, como dos telas de seda... cada parte, se acariciaban, se conocían, se hacían uno. Jugaban y se enfadaban y a cada instante se anhelaban...
Tras una mirada cómplice, una mirada, la más esperada, ya entre aire y brisa fresca, camino a otra vida; ¿... Qué piensas...?


Siempre serás mi musa. Te adoro.